viernes, 15 de noviembre de 2013

El elefante que quería ser Van Gogh

Pintura de "Thongpoon", un elefante tailandés de 7 años

Agreguemos una razón más para admirar a los elefantes y no sólo por su gran inteligencia, que los pone a la altura de chimpancés y delfines. Por algo tienen un cerebro que es el de mayor tamaño entre las criaturas terrestres y una "memoria" que ya es un lugar común en el folklore mundial; además son grandes resolvedores de problemas y pertenecen al reducido grupo de animales capaces de utilizar y modificar herramientas.

Los elefantes también son únicos porque condimentan este poder cognitivo con comportamientos y rasgos que evocan muchas virtudes humanas. Mantienen lazos familiares fuertes y duraderos, y pueden mostrar alegría, tristeza, protección, compasión, cooperación y altruismo activo. Más aún, son los únicos animales conocidos que actúan con reverencia hacia los restos mortales de miembros de su propia especie, con la actitud que sugiere una versión primitiva de rituales mortuorios: un rasgo hasta ahora privativo de los humanos (homo sapiens sapiens) y nuestros primos de Neandertal (homo sapiens neanderthalensis).

Por si eso fuera poco, los elefantes también forman parte del selecto grupo de criaturas (principalmente primates y delfínidos) que han superado el test del espejo y parecen tener consciencia de sí mismas: es decir, son capaces de identificarse como individuos.

Y después está por supuesto la trompa, su rasgo más distintivo, que le permite manipular su entorno con la versatilidad de una mano e interviene en múltiples usos en su vida, desde los combates nupciales hasta la caricia de afecto más suave.

Pintura de "Noppakhao", también de Tailandia

Con todo este potencial, tal vez no debería extrañar que estos animales tan fascinantes tengan interés en producir colores y formas, como ha pasado con, por ejemplo, algunos gatos. Lo que sorprende es el resultado. Hace unos años vi el primer video de un elefante que, sujetando un pincel con la trompa, pintaba con parsimonia y precisión una figura esquemática en un lienzo blanco. Era algo simplemente increíble.

Aquí no veíamos una serie de sellos de patas, o de manchones y líneas distribuidas más o menos al azar e indistinguible -para mis ojos- de cualquier obra de expresionismo abstracto que coseche millones de dólares en Christie's. Teníamos un diseño simple, pero deliberado, que surgía del lienzo trazo a trazo y arrancaba aplausos de la audiencia con cada nueva figura. Atento al riesgo de antropomorfizar, me atrevo igual a señalar que el pintor parecía disfrutar de todo el proceso. Al final de varios minutos, la obra completa mostraba un autorretrato: un elefante que sostenía una flor con la trompa.


Más tarde descubrí que el del video no era un ejemplar privilegiado, sino que son varios los elefantes que han aprendido a pintar bajo la supervisión de sus entrenadores/cuidadores, que permanecen al lado del artista y de tanto en tanto apuntan una directiva con una palmada o un suave tirón de orejas. Buscando info, descubro el sitio www.elephantart.com que pertenece a la asociación AEACP (Proyecto para la preservación del elefante asiático y su arte), una entidad sin fines de lucro fundada en 1998 y que se dedica a difundir este arte peculiar con el propósito de educar y concientizar sobre la situación del elefante asiático como especie amenazada. La recaudación se destina también al sustento de los elefantes y sus cuidadores. En septiembre del año pasado se realizó una exhibición de arte paquidérmico en Brooklyn, EUA, con el nombre de "Endangered Artists".

Boombim, una artista de 8 años
En el sitio del AEACP se exhiben varias pinturas y se dan unas pocas pistas sobre el entrenamiento que reciben los elefantes. El aprendizaje se basa en el refuerzo positivo, con recompensas y elogios. En todo momento se aclara que, si bien el elefante es el único que toca el pincel, las obras más complejas son el resultado de la colaboración entre el animal y su mahout. No hay nada, afortunadamente, que me haga sospechar algún tipo de maltrato o coacción abusiva. También se incluyen los perfiles de cada artista con bios y comentarios sobre su personalidad y gustos.

Para el caso de las pinturas con formas definidas, imagino que el proceso involucra la memorización de marcas y trazos conectivos asociados a guías gestuales del cuidador aunque, señalan en el sitio, cada elefante tiene su propio estilo. Cuánto de mecanización (¿técnica?) y cuánto de espontaneidad (por no mencionar cuánto de humano) tienen las obras, y cómo influye esto en el valor comercial o perceptual del público, son temas que pertenecen a otro post. Mientras tanto, prefiero que este termine como una simple celebración de la maravilla que son estos animales, y por qué no, del arte que producen.





2 comentarios :

  1. Hermoso artículo! Los tags que le pusiste le calzan como un guante. Extraño y maravilloso por igual, daba para pellizcarse mientras lo veía.

    Se lo mostré a Anushka, y mientras veíamos el video de Suda pintando nos mirábamos para encontrarnos en el asombro.

    Gracias!!!

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    1. Gracias a vos Alejandro! Un gusto tenerte a vos y Anushka como lectores ;-)

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