jueves, 3 de octubre de 2013

Mientras tanto, en Japón



Nos vamos al lejano Oriente, donde el cultivo de frutas se ha transformado en un arte de gran demanda. La próxima vez que visiten Tokio y les dé antojo por alguna manzana o ciruela, cuidado con meterse por error en la tienda Sun Fruits. Mejor evitar un desagradable chasco a la hora de pelar la billetera.

La cadena se especializa en la producción y venta de frutas regulares que han sido convertidas en inusuales artículos de lujo orgánicos. Todas las frutas que ofrecen son básicamente perfectas en cuanto a forma, tamaño y color, el resultado de un sofisticado proceso de selección y cultivo asistido por tecnología de punta y expertos cuidados manuales.

No se admiten manchas, magullones o asimetrías; por supuesto que tampoco gusanos o bichitos, pero no todo es sólo una presentación impecable. El sabor también viene garantizado. Hínquele el diente a una de estas bellezas y, asegura el gerente de la firma, "nunca lo olvidará".

Pero ¿cuánto le cuesta a un mortal disfrutar de estos manjares destinados a dioses? Depende. Un melón como el que sostiene la sonriente empleada de la foto puede costar unos 16000 yen: alrededor de u$s 165. Pero en julio se vendió un racimo de una variedad particular de uva por 400000 yen, es decir unos u$s 4000. Esto significa que se pagó casi u$s 100 la uva individual.

Y en mayo, un par de melones específicos se subastaron por 1.6 millones de yen: el precio de un auto modesto.

"Está destinado a los ricos", advierte alguien desde la sección de comentarios del sitio. "Hay fruterías normales en Japón", dice otro. Otro más trata de explicar haciendo referencia a la importancia que tienen los regalos en la cultura nipona, y es verdad que los regalos empresariales son uno de los destinos principales de la mercadería de Sun Fruits.

"No es muy distinto de un americano rico que gasta cientos de miles en una cartera", acota otro comentarista. Pero aunque el gesto, al ser intangible, perdure, me sigue pareciendo extraño todo ese dinero gastado en esta perfeccíón efímera que durará hasta que las bacterias hagan lo suyo, ya sea en el tracto intestinal de alguien o en alguna frutera de alta gama.


Via | Yahoo News

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