martes, 7 de julio de 2015

Netflixeando: The Last Stand (2013)


Viendo el estancamiento del cine de acción a gran escala, y a falta de sorpresas o figuras convincentes que reemplacen a los íconos de los '80 (todavía trato de hacerme a la idea de que, no hace mucho, Hollywood consideraba en serio a Channing Tatum y a Sam Worthington como herederos dignos), se aprecian mucho más ciertos valores como la capacidad de mantener una mínima coherencia con los códigos del género. He aquí mi último hallazgo.

El Último Desafío (The Last Stand, 2013) tiene como protagonista a Arnold Schwarzenegger en el papel de un ex-policía de Los Angeles quien hace muchos años cambió la violencia de la gran ciudad por un puesto como sheriff, en concreto de uno de esos bucólicos pueblos fronterizos donde los mayores conflictos tienen que ver con mascotas perdidas. Cuando el sanguinario heredero de un cartel narco elige a este apacible lugar como escala de su fuga a México, Arnold debe emplear los escasos recursos a su alcance –que incluyen un par de escopetas y dos o tres alguaciles– para detenerlo.

Un argumento de molde para un desfile de personajes y situaciones vistas mil veces no afecta, sin embargo, la efectividad de esta película económica y directa. De nuevo la coherencia: nadie empieza (o nadie debería empezar) El Último Desafío esperando verosimilitud, sino un correcto y entretenido recorrido por los clichés del género, apoyado en actuaciones acordes: de Eduardo Noriega, como el narcotraficante que encara una de las fugas más inverosímiles de la historia del cine y que parece tener un talento sobrenatural (por supuesto) para burlar a SWAT y el FBI; de Forest Whittaker, como el agente que lidera la investigación y que desdeña (por supuesto) la ayuda pueblerina de Arnold; del siempre confiable Peter Stormare en el papel de lugarteniente (por supuesto) del malvado, y hasta de John Hurt en una brevísima aparición como un granjero de pocas pulgas y muchos cojones. La mayor novedad del elenco es la presencia disonante de Johnny Knoxville, claro intento del estudio por capturar la franja etaria (e intelectual?) de Jackass. Knoxville interpreta al "loco de la guerra" del pueblo, que no es más que un estorbo cómico hasta que (por supuesto) demuestra su valía cuando la situación así lo demanda.

El narco Gabriel Cortez (Eduardo Noriega) a punto de poner a prueba la credibilidad de la audiencia
Hasta aquí, todo salido del Script-O-Matic 3000. Pero ¿y Arnold?

El póster lo presenta en actitud aguerrida, pero la verdad es que el veterano actor luce positivamente geriátrico. Es un poco lastimoso verlo moverse en cámara lenta o intentar un diálogo entrecortado con más acento que nunca. Curiosamente, nadie en la película hace referencia a la edad del sheriff, sino a su veteranía, lo que me lleva a pensar que el papel estaba destinado originalmente a otras estrellas. Y en verdad esto es material decididamente B para Arnold, mucho más que otros films de acción "menores" de su carrera como El Sexto Día (The 6th Day, 2000) o Daño Colateral (Collateral Damage, 2002), y con un presupuesto muy reducido (aparentemente los realizadores pensaron que regar las múltiples escenas de violencia con sangre de CGI era una buena idea. Nunca lo es). Más risible aún es tratar de presentar a nuestro querido austríaco en su estado actual como alguien capaz de sostener una lucha cuerpo a cuerpo contra una persona joven y en perfecto estado físico.

Afortunadamente, ninguna frase de Terminator fue dañada durante la realización de esta película
Tal vez con el casting se buscó dar una respuesta tardía a Tierra de Policías (Cop Land, 1997), aquella en la que Stallone encarnaba también a un oficial de la ley avejentado y fuera de forma contra fuerzas que lo superaban ampliamente en número, pero claro, ese era otro tipo de película. El Último Desafío no pretende ser otra cosa que un show de acción previsible y sin complicaciones, ideal para pasar el rato con pochoclo o sucedáneo, disfrutando de ver a un Arnold Schwarzenegger crepuscular en un papel hecho a la medida de un Danny Glover, un Vin Diesel, o incluso un Steven Seagal que resucitara súbitamente del purgatorio del "directo a DVD". Ajustando estas expectativas, la película funciona perfectamente.

El Último Desafío es una película dirigida por el (para mí) ignoto Kim Jee-woon y dura aprox. 1 h 45 m.



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