Tal vez este muchacho (su nombre oficial es Macropinna microstoma) no sea nuestra primera opción para decorar un acuario, y no sólo porque su hábitat son las profundidades abisales donde la luz del sol no llega.
Pienso que también su aspecto de criatura Gigeriana le jugaría un poco en contra. Con esa cabeza transparente, que parece una cúpula de cristal. ¿Y esas dos esferas verdes de ahí adentro? ¿Y esa expresión de melancolía?
La clave para decodificar este pez: lo que parecen ser los ojos, situados arriba de la boca, son en realidad los órganos olfativos, es decir el equivalente a fosas nasales. Los ojos reales son las esferas verdes de adentro, que van montadas sobre tubos con forma de barril (de ahí el nombre común en inglés barreleye) y que al redirigirse pueden monitorear tanto el espacio superior como el frontal. Una panorámica envidiable, como en la cabina de un avión.
Video en Youtube
El curioso Macropinna microstoma fue fotografiado por primera vez en 2004, aunque se lo conocía desde 1939. Se estima que más de 8000 especies de peces están esperando ser descubiertas, muchas de ellas en las profundidades oceánicas, allí donde reina una oscuridad absoluta.
Via: Twisted Sifter
"The time has come," the Walrus said, "To talk of many things: Of shoes—and ships—and sealing-wax— Of cabbages—and kings— And why the sea is boiling hot— And whether pigs have wings."
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